6/6/12

Humanidad



No sé si después del último gran salto evolutivo, en el que se desarrolló una “consciencia” que se reconoce a si misma y a su entorno, la humanidad ha seguido progresando realmente. De qué sirve un cerebro cognitivo cuando la mayoría del tiempo no es utilizado y nos dejamos llevar por instintos sintéticos que hemos desarrollado, porque los instintos naturales que realmente nos pueden ayudar están olvidados tan profundamente que se han atrofiado y difícilmente los vamos a poder utilizar. Tenemos el simple ejemplo de que buscar alimento ya no es salir a cazar animales o practicar la agricultura, ahora lo que hacemos es salir a trabajar para que nos den a cambio un “bien” que carece de valor real (dinero) y dicho bien es intercambiado por alimento. Tanta es su carencia de valor real que se está eliminando su representación material y se está “digitalizando”. Tiene valor únicamente porque así lo creemos.

No sé cómo llegó a pasar, pero la humanidad es la única especie que se tiene a si misma como enemigo natural. Somos los únicos que a pesar de ser seres pensantes nos dejamos llevar por deseos. Estos deseos han creado un orden desbalanceado que se llama capitalismo y consume al ser en el que nos alojamos (la tierra). Ya no podemos decir que vivimos en un comensalismo, lo abandonamos para darle paso al parasitismo y como todo parásito destruimos al anfitrión. Nos hemos convertido en un método de selección antinatural que ya no escoge las especies por cuál es la más apta, si no que las especies que sobreviven son las que menos ayudan en nuestro “desarrollo”; pues las que “colaboran” con nuestra prosperidad son usadas hasta su extinción. Ahora al menos tenemos la esperanza de que nuestras próximas generaciones crezcan bajo la idea de conservar y cuidar, porque estamos destruyendo todo lo que tocamos para nuestro “desarrollo”.

Un desarrollo desmedido no puede ser considerado bueno, indiferentemente del tipo que sea. No podemos seguir creciendo poblacionalmente sin haber asegurado antes que existen los recursos necesarios para sobrevivir y con el balance suficiente como para no desaparecerlos. Hemos llegado a tal punto de que somos la única especie que regula su población con guerras, hambruna, ignorancia, poder, engaño.

Definitivamente necesitamos crear una consciencia, y no sólo sobre nuestro ser, si no de todo el ser que conformamos como especie. Evitar fisuras porque luego se conviertirán en grietas y estas grietas luego nos llevarán a nuestra separación. Necesitamos dejar de pensar únicamente en nosotros mismos y debemos caer en la razón de que si todos nos encontramos en un estado de bien, esto nos traerá más beneficios que buscar el bien propio.